Arthur González.
Berta Soler, la inculta y grosera presidenta de las llamadas Damas de Blanco, acaba de pagar una suma, aun desconocida, por un cambio de vivienda en el reparto Alamar, aunque se sabía de ante mano que estaba recaudando dinero para comprarse una nueva casa, ya que desea a toda y costa y costo, mudarse de un barrio obrero para uno más residencial, con la prestancia que no tienen ni ella ni su esposo el ex recluso Ángel Moya.
Todo hace indicar que su deseo tendrá que esperar un poco y deberá lograrlo por etapas, para no levantar sospechas sobre el mal empleo del financiamiento que recibe de Miami para sus acciones provocativas contra el gobierno revolucionario.
- nuevo apartamento comprado por Berta Soler en Alamar
Para guardar la forma, justificó el cambio de la vivienda aduciendo que fue su hermana quien lo hizo, ya que es la dueña del apartamento donde reside. Esto por supuesto no aguanta la más simple apreciación, porque su hermana no tiene un centavo, ni recibe los cientos de miles de dólares de Miami. En Cuba todo el mundo conoce perfectamente que ahora es Berta la que administra los recursos financieros que le remiten para la organización contrarrevolucionaria y que “quien parte y reparte se queda con la mejor parte”.
Nada nuevo, todos los que se auto titulan “disidentes” hacen lo mismo, sino que le pregunten a Elizardo Sánchez, Martha Beatriz Roque, Vladimiro Roca y a unos cuantos más que viven de ese cuento sin trabajar desde hace muchos años.
Por supuesto, Berta no quiere que esto se conozca para que desde Miami no le exijan cuentan de cómo maneja el dinero, pero al final en esta tierra todo se sabe.
Esperemos pues la próxima etapa del cambio de casa, a ver si la “presidenta” logra sus sueños, como en la famosa obra teatral del escritor Héctor Quintero, «El premio flaco».
El Heraldo Cubano 
Pingback: Berta Soler, la provocadora pacifista |
Pingback: Dinero mal gastado |