Las amenazas imperiales


El Reino Unido amenazó con ingresar a la misión diplomática ecuatoriana en Londres, posterior a que el gobierno de presidente Rafael Correa aprobara el asilo diplomático a Julian Assange, de 41 años y nacionalidad australiana,  que es reclamado por denuncias de dos mujeres que dicen que “abusó sexualmente de ellas”, una acusación que él niega.

Para el todo el mundo es evidente que esa demanda no es más que un pretexto para sacarlo del país y después de que le celebren el juicio por acoso sexual, del que seguro saldría absuelto, ser reclamando por los norteamericanos, donde puede ser juzgado por espionaje y recibir una larga condena o incluso la pena de muerte, ya que mediante el sitio Wikileaks divulgó a los cuatro vientos miles de documentos oficiales secretos de EE.UU., donde quedó demostrada la injerencia de los yanquis en los asuntos internos de otros Estados y la labor de espionaje que ejercen sus diplomáticos, aspecto que la prensa no refleja, cuando es la verdadera causa de su publicación y no la acción de Assange.

Ecuador insiste en que concurre el riesgo de que la Policía británica  inicie  acciones de fuerza para arrestar al creador de Wikileaks en el interior de su embajada, pese a que el ministro de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña,  William Hague, lo  desestima.

Según el canciller londinense  «no hay amenaza alguna de tomar por asalto una embajada. Estamos  hablando de una ley del Parlamento de este país, que hace hincapié en que deben  utilizarse (las embajadas) en plena conformidad con el derecho internacional».

Pero se conoce que la ley Británica también contempla retirarle la inmunidad diplomática a las embajadas que ejecuten actos hostiles contra el Reino Unido.

Cómo reaccionaría el gobierno de los Estados Unidos si a Cuba se le ocurriera copiar esa ley. De seguro amenazarían a la Isla con invadirla si el gobierno cubano se atreviera a retirarle la inmunidad a su Sección de Intereses en la Habana, la cual cuenta con edificio de seis plantas, construido en la década de los años 50,  que devino después de 1959 en un centro de instrucción y abastecimiento material para la contrarrevolución creada por la CIA, donde se le imparten clases para destruir a la revolución socialista, además de servir de cuartel principal a los Servicios de Inteligencia, especialmente a la CIA, lo cual quedó contundentemente evidenciado en el año 1987 cuando la TV cubana expuso varios programas dirigidos a denunciar la actividad de espionaje de sus diplomáticos en la Habana, donde entregaban medios especializados para la transmisión y recepción de informaciones sensibles sobre el movimiento de tropas cubanas a Angola y otras sobre la situación política, económica y social de Cuba, e incluso sobre el líder de la revolución Fidel Castro.  Seguramente ellos no lo permitirían.

En el caso actual el Reino Unido de la Gran Bretaña parece tener muy mal memoria, ¿Por qué las autoridades británicas no asumieron la misma posición cuando se solicitó la detención del asesino chileno Augusto Pinochet? ¿Se les olvidó que hasta la primer ministro Margaret Thatcher lo visitó en la casa donde era resguardado por el gobierno británico, en un gesto de respaldo al responsable de la desaparición de miles de jóvenes chiles y de las torturas, secuestros de niños y otros actos horribles de lesa humanidad?

Para este asesino aliado incondicional de la yanquis si había normas diplomáticas  y atención priorizada, pero en cambio para otórgale un salvo conducto a un hombre perseguido político del imperio son capaces hasta de violar la inmunidad diplomática, justificándose con argumentos banales y poco creíbles.

Esa es la democracia que le quieren imponer a los demás, esa es su moral incólume, por eso condenan a muerte a los que no los siguen y sobre todo a los que como Cuba se revelaron y decidieron caminar libres sin yugos ni presiones.

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