Como si fueran seres superiores, los norteamericanos se empeñan en presionar al Santo Padre para que haga lo que ellos desean, en relación a Cuba. En esta misma línea, la Congresista Republicana de EE.UU Ileana Ros-Lehtinen urgió al Papa Benedicto XVI a reunirse con Las Damas de Blanco y otros grupos de disidentes en su visita a Cuba, demostrando irreverencia y prepotencia ante un jefe de Estado representante de Dios en la Tierra.
¿Se pensará esta impía que puede tratar al Papa como a los asalariados que tiene en Miami y Cuba? Más le valdría un poco de educación formal a la hora de dirigirse a un mandatario, por demás un hombre de la iglesia. Su odio obstinado contra la patria que la vio nacer no puede saltar las barras del sentido común. Sigue leyendo