Así pudiera clasificarse la próxima visita del primer ministro israelita Benjamín Netanyahu a los EE.UU., donde será recibido con bombos y platillos por su homologo Barack Obama.
El motivo de la presencia del mandatario israelí en Washington no puede ser otro que definir el momento en que atacarán la central nuclear iraní; por supuesto después de las elecciones presidenciales norteamericanas a finales de 2012. Está claro que a los yanquis no les conviene que Netanyahu tome una decisión unilateral en un año electoral, lo que pudiera hacerle peligrar a Obama su reelección, sumado el rechazo de millones de personas. Sigue leyendo